El Mundo Necesita Terapia: Pedro Jara Vera (Libro)


Jorge Ramos | Una visión más que interesante, desde el punto de vista psicoterapéutico, de los problemas que aqueja nuestro mundo según la experiencia de Pedro Jara Vera, autor del libro “El Mundo Necesita Terapia” y del que, a continuación, exponemos parte de su introducción.

A lo largo de más de veinte años de experiencia como psicoterapeuta han sido muchas las ocasiones en las que, al observar los grandes conflictos y problemas generales de la humanidad, he tenido la impresión de que ésta actuaba como un gran pero único organismo, como una entidad no esencialmente diferente a la persona, la pareja o la familia que de forma cotidiana se sienta ante un terapeuta a exponer problemas y buscar soluciones. Esta afirmación está en sintonía con uno de los principios expuestos en el Kybalión (Trismegisto, 1990): “arriba es abajo como abajo es arriba”; lo grande está en lo pequeño, y lo pequeño está en lo grande. Hoy estoy convencido de que la psicología del individuo, de los grupos y de las organizaciones posee un valor extraordinario para poder identificar y explicar las dinámicas más enfermizas de todo el gran colectivo humano, las cuales se encuentran en la actualidad en plena y global efervescencia.

Además de la posibilidad de pensar en la humanidad como un gran organismo, como un único gran paciente necesitado de ayuda, otra comprensión de partida muy relacionada y relevante alude a cómo las distintas áreas que conforman la salud y el bienestar de las personas, aunque difieran en contenidos y matices, se rigen todas por las mismas grandes leyes y metodologías básicas de cara a cómo efectuar los diagnósticos y decidir los tratamientos. [...]

Y al hilo de esta dinámica de interacciones y reciprocidades entre distintos elementos: Al volver la mirada sobre las grandes disfunciones que a escala global aquejan a la humanidad, se observan todo tipo de análisis y propuestas de carácter político, económico, social y ecológico, que se exponen y debaten de forma constante y hasta virulenta en todos los medios de comunicación, en las esferas de poder y de gobierno, y también, por supuesto, en los coloquios de la ciudadanía. [...]

Es verdad que, de modo creciente, muchas voces están subrayando el impacto de las creencias, los valores, los instintos, las emociones y, en general, los paradigmas mentales dominantes sobre la configuración de los problemas y las soluciones, pero sigue siendo realmente muy pequeño el énfasis, y muy escasa la divulgación, que estos diagnósticos de corte más directamente psicológico están teniendo en cuanto a las medidas que de hecho se proponen y se aplican. A buen seguro que la dificultad de la medición y, en general, el carácter invisible o altamente intangible de lo psicológico, junto con la relativa lentitud con la que suelen ocurrir los cambios importantes en este área, explican en gran medida este desdén. [...]

Una gran herejía, una profunda torpeza en nuestro tiempo de globalización económica y cultural es, paradójicamente, que el conocimiento humano está poderosamente fracturado, atomizado, fragmentado. Carecemos de una adecuada integración armónica global en cuanto a los diversos ámbitos del conocimiento y de la experiencia. Así, por ejemplo, aunque de manera teórica suelen aceptarse afirmaciones como que “la economía es una expresión de la psicología” (Luna, 1998), es realmente casi nula la atención que en la práctica se presta a las evaluaciones e intervenciones de carácter más directamente psicológico para salir de los dramas económicos, sociales y medioambientales que nos acechan.

En contraste con todo lo anterior, a lo largo del texto intentaré ofrecer una visión bastante global, sistémica, ofreciendo una cierta conexión y unificación de distintos campos de conocimiento implicados en la enfermedad que aqueja al mundo, aunque evitaré hacer ningún tipo de análisis profundo sobre disciplinas de conocimiento que no me son propias, y sobre las que se expresan personas mucho más competentes que yo. Este libro se justifica así, ante todo, como el reflejo de mi particular mirada, como un psicoterapeuta de larga experiencia y formación integradora, sobre un enfermo llamado “humanidad”.

[...] a pesar de toda la desdicha, esta sociedad de estrés, competitividad, consumo y obsesión por la posesión y el éxito, tomada en su conjunto, aún está lejos de haber sufrido con la suficiente amplitud y virulencia como para efectuar un despertar real y bastante generalizado (y de este modo trasladado a leyes e instituciones) a las necesidades que estos síntomas reclaman, y que reclamarán de modo cada vez más intenso. [...] (Capítulo 2: Los Síntomas) de "El Mundo Necesita Terapia"