Ovnis y Ciudades Intraterrenas - Fabio Zerpa

 
A través de este libro revelador, Fabio Zerpa comparte con nosotros los resultados de años de investigación sobre los ovnis, los extraterrestres, las ciudades subterráneas, los viajes en el tiempo y el espacio, los contactos del tercer y cuarto tipo, los mundos paralelos y muchos otros misterios que apasionan a la humanidad. Un libro imperdible para todos aquellos que creen que hay otra realidad además de la nuestra. Editorial Sirio

Fabio Zerpa presenta en Córdoba su nuevo libro, "Ovni(s) y ciudades intraterrenas", que ninguna editorial argentina quiso editar.

Diálogo imperdible con un referente de la investigación sobre estos fenómenos.

Hace 40 años, en Capilla del Monte, iban a escucharlo a caballo. Muchos gauchos, dice, que ataban sus animales en los palenques frente al cine teatro Enrique Muiño. Fabio Zerpa iba a hablarles de ovnis, de extraterrestres, de encuentros cercanos que en esos años se contaban nomás en el cine. Este domingo, el investigador fue homenajeado en la ciudad que le debe su fama esotérica y con él quedaron inaugurados los premios Uritorco de Oro.

También ayer, el autor cumplió 83 años y los celebró con la presentación de su libro número 23, Ovni(s) y ciudades intraterrenas. Investigación y verdad, el mismo que este lunes, a las 19.30, Rony Vargas presentará en el Centro Comercial Córdoba. “Son mis hijos de papel y tinta, tengo 23”, dice, con la voz juvenil contenta. “Lo publicamos gracias a esta editorial española, Sirio, porque las argentinas no me hicieron caso”, dice, y pide que por favor digamos esto. La contracorriente ha sido la constante en su carrera. Sabe que de eso se trata buena parte de la conquista, y tiene paciencia. “Nunca me molestó que no me crean, y siempre coloco mi clásica sonrisa. Ya comprenderán mis semejantes, y si no comprenden es una cuestión de ellos. Yo investigo y después informo y cada uno toma el criterio que quiere”, dice, y es difícil resistirse a la curiosidad por saber con qué alimenta tanta convicción.

Su nuevo trabajo habla de ciudades subterráneas, mundos paralelos, de viajeros espaciales y de las evidencias para demostrarlo. “Son mundos que empecé a investigar en 1966, hace 45 años, en la Isla de Pascua. Un aborigen me dijo que la cordillera de los Andes era hueca y, como estaba tomando pisco, pensé que estaba borracho. Con el tiempo empecé a investigar y a encontrar otras verdades, cantidad de mitos y leyendas, y de científicos de distintas partes del mundo y épocas que se planteaban y aceptaban esta tierra ahuecada en su interior. Como sir Edmund Halley, que en el siglo XVII decía que la tierra era como una muñeca rusa, con otros mundos en su interior”, cuenta, con ritmo y pausas de maestro de ceremonias.

–¿Dónde están estos mundos? ¿Cómo los explica?

–Es como si fuera un queso con agujeros, con oquedades dentro del planeta, donde hay muchísimas ciudades intraterrenas. Para los orientales, hindúes y pueblos originarios son sagradas. En los 18 países que he vivido y visitado, siempre pregunté por los geólogos de cada lugar y todos coinciden en que se sabe muy poco del interior de la Tierra. Entonces fui descubriendo lugares, como Capilla del Monte, donde hace 40 años empecé a hablar de estas cosas.

La Biblia y la nave

Zerpa incluye en las posibilidades de las ciudades intraterrenas la explicación del relato bíblico del arca de Noé. “No fue un barco, sino una arcada dentro de la montaña, donde vivieron bajo tierra Noé y todos los animales. Esos intraterrenos son extraterrestres como los viajeros del espacio, que están fuera de nuestra cultura, conocimiento e investigación científica”, explica, y anota entre las pruebas de su existencia la historia de Richard Evelyn Byrd, de quien se dice que descubrió en el Polo Sur la entrada a uno de estos mundos, que vio un mamut desde su avión y un río con bosques que se perdían en la Antártida. “No son hipótesis. Mi libro tiene como subtítulo Investigación y verdad. Partí de todos los no, pero sé que existen las ciudades intraterrenas, en un plano invisible”.

–¿Alguien vio alguna vez una de estas ciudades?

–Mucha gente dice entrar a las ciudades y es la egolatría y el antropocentrismo. La llave para entrar la tienen ellos. Se abren a los que corresponde abrir, porque están en un plano de sabiduría superior.

–¿Cómo corroboró la existencia de esas ciudades?

–Todo está en el libro, mi recorrido de 45 años, buscando desde el no, para encontrar el sí, que apareció de repente. Y termino el libro diciendo que si no existieran, deberían existir. Estamos en un gran cambio de los paradigmas del planeta Tierra. El ser humano está cambiando, en todos los planos, y se está produciendo una transformación que no se puede detener.

–¿Qué verdades halló en 50 años de investigaciones?

–Soy descendiente de alemanes, austríacos y vascos, más contrera imposible. En 1959 descubrí este mundo de la vida extraterrestre y dejé una carrera como actor, me jugué por esta problemática. Tuve la convicción interna de que esto era una verdad y mis semejantes no me entendían. Con esa verdad interna no ofendo ni temo, tengo una seguridad espiritual. En estos 23 libros y 36 documentales, todo lo que dije está investigado. El que tiene que convencerse primero soy yo, y no soy fácil.

–¿En lo personal, de qué le sirvió investigar estos temas?

–Me ha dado seguridad espiritual y mente objetiva. En general la gente mira con la mente subjetiva, y los problemas hay que mirarlos desde afuera y ahora tengo la convicción de que no hay problemas, sino soluciones, y a las cosas hay que verlas más allá de lo evidente. Todo puede pasar en la dimensión desconocida. Me doy el lujo de decir que no creo en Dios, pero afirmo que existe esta entidad que ordena las cosas. Pasa el tren de la espiritualidad y los grandes maestros están en la locomotora, otros en la mitad de los vagones, otros corren para colgarse en el último y a otros ni les interesa. Como dijo André Malraux, el siglo 21 será espiritual o no será.

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